Brasil cuantifica en 54.000 sus vacantes médicas para contratar a extranjeros

El plan del Gobierno brasileño, que prevé «importar» médicos españoles, portugueses y cubanos para trabajar en zonas sin asistencia médica del país, ha levantado cierta polémica con las entidades profesionales locales. Éstas se han mostrado muy críticas con este plan que prevé resolver la falta de personal médico cuyo déficit acumulado, en los últimos diez años, alcanza los 54.000 profesionales, según datos del Ministerio de Salud.

Entre 2003 y 2012, Brasil creó 147.000 vacantes que fueron ocupadas por 93.000 profesionales y pronostica crear otras 26.311 plazas en los nuevos hospitales y centros de salud públicos, integrados en el Sistema Único de Salud (SUS), que abrirán sus puertas hasta 2014.

Estas cifras llegan en medio de un fuerte descontento en el sector, en aumento en los últimos días, a medida que se van conociendo las intenciones del Gobierno.

La sexta potencia mundial ofrecerá visados de trabajo de entre dos y tres años a extranjeros e impartirá cursos de portugués para aquellos que no hablan la lengua. Así lo anunció, Thomas Traumman, portavoz de la presidenta, Dilma Rousseff, en la reunión que mantuvo con la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante su visita a Brasilia, la capital federal, hace escasos cuatro días.

Aunque aún no hay números referentes a los profesionales españoles y portugueses, por ahora, están siendo discutidos dos modelos de contratación: uno restringido para cubrir regiones remotas con la posible exención de la obligatoriedad de revalidar el título, y otro para trabajar en todo el país, una vez aprobadas las pruebas.

El doctor Mauro Luiz de Britto, coordinador de la cámara técnica de urgencia y emergencia del Consejo Federal de Medicina (CFM), afirma no oponerse a la entrada de profesionales extranjeros siempre y cuando superen el examen que revalida el título, de acuerdo con la normativa estipulada por el Ministerio de Educación.

Desde el CFM, denuncian que la carencia de médicos a la que se refiere el Gobierno se debe a una mala distribución, en virtud de la cual, existe una elevada concentración de facultativos en el litoral, sur y en las capitales de los estados de Brasil en detrimento del norte, centro-oeste e interior, donde (a excepción de Distrito Federal) los indicadores sociales no son muy optimistas y la ausencia de adecuadas vías de comunicación dificulta el desplazamiento.

Infraestructuras mínimas

«No adelanta traer médicos de España y creer que podrán hacer medicinaen el interior del Amazonas donde no hay condiciones para atender a las personas, lo que el gobierno tiene que llevar al interior, no es sólo al médico es la salud y las políticas públicas», señala de Britto a ELMUNDO.es.

El experto se refiere a la infraestructura mínima que requiere «cualquier profesión liberal». Desde material, ambulancias y redes que posibiliten dar una primera atención y trasladar los casos más graves a puntos de referencia regionales, hasta colegios y otros centros para que las personas puedan desarrollar una vida con relativa normalidad junto a su familia.

Con la intención de acercar a los médicos a las necesidades reales de la población brasileña, el Gobierno implantó el Programa de Valorización de los Profesionales en la Atención Básica (Provab) que a cambio de trabajar en las áreas más humildes ofrece un salario de 8.000 reales (unos 3.000 euros y un 10% de la puntuación en las pruebas de residencia.

Zonas prioritarias

Según datos del Ministerio de Salud, 3.800 profesionales participaron en el programa para optar a las 13.000 vacantes que los ayuntamientos identificaron como prioritarias. Del total de doctores que entraron en el Provab, un 40% fueron a parar a localidades de aguda y mediana pobreza, de acuerdo con datos oficiales, citados por el CNM.

Para de Britto, el Provab «no cumple la función para la cual fue diseñado» y no es pertinente comparar a Brasil con países como Inglaterra, Canadá o Estados Unidos en quienes el Gobierno dice inspirarse, por tener sistemas públicos de salud que absorben elevadas tasas de doctores procedentes del extranjero. La escasa inversión pública en sanidad y la mala gestión del Provab y del SUS son los argumentos que suelen figurar entre aquellos que, como el coordinador del Consejo Federal, toman la medida con cautela y no quieren ser tildados de «discriminatorios».

Por otra parte, el Ministerio de Salud también notificó que inyectará un total de 1,9 billones de reales (unos 750 millones de euros) entre 2011 y 2014 para cubrir los grandes eventos.

Según el ministro de Salud, Alexandre Padilha, las inversiones irán destinadas a fortalecer la atención en las doce ciudades sedes (de la JMJ 2013, Copa Confederaciones y el Mundial 2014).

fuente

http://www.elmundo.es/america/2013/05/24/brasil/1369379683.html