En nuestra residencia se trabaja duro, a pesar de lo que se piensa
Los médicos residentes de Dermatología se han reunido recientemente en la sexta edición de sus encuentros anuales para actualizar y compartir sus conocimientos sobre la especialidad y debatir acerca de su formación. En este sentido, Francisco Vílchez, uno de los organizadores de la reunión, ha comentado a Redacción Médica que durante la residencia en Dermatología “se trabaja duro a pesar de lo que se piensa” y que una de las características de su periodo de formación es “la enorme actividad científica” que realizan.
La Reunión Nacional de Residentes de Dermatología surgió hace seis años con la intención de crear un espacio propio para los médicos residentes de esta especialidad, asegura Francisco Vílchez, médico residente en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Desde sus comienzos, este tipo de encuentros ha tenido un enfoque eminentemente práctico y el nivel científico “ha ido creciendo”, según el organizador.
En la reunión de este año, celebrada en Málaga con “una alta participación” de los MIR, se han tratado temas como el cáncer cutáneo, dermatoscopia, dermatopatología, dermatología pediátrica, dermatología quirúrgica, conectivopatías o psicodermatosis. Por otro lado se ha hablado de otros temas más en relación con el trabajo, como son las guardias de la especialidad y la salida laboral en el ámbito privado.
Trabajo durante la residencia
Preguntado por las características de la formación del dermatólogo, Vílchez asegura que el actual modelo de residencia es una buena forma de adquirir los conocimientos necesarios para poder ejercer la especialidad sin problemas. Este modelo incluye un año –de los cuatros que dura- realizando rotaciones externas en otros servicios como cirugía general o plástica, dermatología pediátrica, anatomía patológica y medicina interna.
En este periodo, los MIR adquieren progresivamente responsabilidades, y a pesar de lo que se piensa, “se trabaja duro”, admite Francisco Vílchez. Además, otra de las características “es la enorme labor científica” que se realiza, ya que muchos finalizan la residencia con numerosos artículos publicados, y casi todos asisten a muchos congresos y cursos durante la residencia.
En cuanto a las patologías que atienden, tratan “todo tipo de patología dermatológica, bien sea inflamatoria, infecciosa o neoplásica, y la actividad en el quirófano también es muy fructífera”, aseguran, “realizando reparaciones simples en el primer año de residencia e intervenciones cada vez más complejas a lo largo de los tres años restantes”.
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