La troncalidad aumentará un 30 por ciento el gasto para la formación de los microbiólogos
La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) ha manifestando su rechazo a la inclusión de la especialidad Microbiología y Parasitología en el tronco de Laboratorio y Diagnóstico Clínico y asegura que el nuevo modelo de formación que pretende la troncalidad supondría un aumento de hasta un 30 por ciento de los costos totales en docencia.
Por esta razón, la Seimc ha presentado ante el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad alegaciones ante esta modificación. Los especialistas consideran que la homogeneización de la formación troncal común implicará que los conocimientos y habilidades de los especialistas sean sustancialmente menores en relación con el modelo actual, y, por tanto, el grado de complementación entre los miembros de los equipos multidisciplinares sea también menor.
Como explica el presidente de la Seimc, Álvaro Pascual, «el área de conocimiento de Microbiología y Parasitología no posee competencias comunes, ni transversales y tiene muy pocos puntos en común con el de las demás disciplinas que se han integrado en el tronco de Diagnóstico de Laboratorio, haciendo pues, poco viable y eficiente desde el punto de vista de la formación, la organización de dicho tronco».
Sin embargo, la Seimc aclara que este hecho no está en oposición a la actual gestión del Laboratorio de Microbiología Clínica que se da en algunos hospitales españoles, y que responde a una cuestión puramente organizativa. Asimismo, resalta que, a pesar de los argumentos esgrimidos por Sanidad en el proyecto del Real Decreto no existe consenso sobre la inclusión de dicha especialidad en el tronco de Laboratorio y Diagnóstico Clínico.
La sociedad expone además que el mantenimiento de la especialidad de Microbiología y Parasitología en el modelo actual no tiene ninguna consecuencia económica, mientras que el nuevo modelo supondría un aumento de hasta un 30 por ciento de los costos totales de formación al verse obligados a aumentar a 5 años el periodo formativo de los microbiólogos.
«La existencia de los laboratorios, como único punto en común entre las diferentes especialidades, no puede condicionar la organización de las mismas y de sus programas formativos» añade Pascual. «Solamente las áreas de conocimiento y las competencias son las que deben definir el contenido y desarrollo de cada especialidad, en función de las necesidades asistenciales que cada una de ellas deba satisfacer» concluye.
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