Los intensivistas ya están preguntando cómo pueden irse

José Cuñat, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y de Unidades Coronarias (Semicyuc), repasa para Redacción Médica la actualidad de los intensivistas españoles. Como buen conocedor del panorama nacional e internacional, Cuñat destaca que la fuga de cerebros más que una amenaza es una realidad, al mismo tiempo que recuerda que los nuevos modelos de gestión sanitaria que se están aplicando en España con excusa de la crisis no son tan nuevos, ya que llevaron al sistema británico de salud de ser referencia mundial a convertirse en uno “manifiestamente mejorable”. Según el presidente de la Semicyuc, la atención precoz y cualificada es el motor que mueve a los intensivistas como especialidad en época de crisis.

¿Cuáles son sus impresiones sobre este XLVII Congreso Nacional?

En principio el congreso está funcionando muy bien. Desde hace varios años la Semicyuc está pivotando sobre dos ejes: la calidad y la seguridad en la atención a los pacientes. Desde esa perspectiva, la seguridad que es una parte muy importante de la calidad, hemos tenido la suerte de que se reconozcan los resultados que la sociedad está teniendo. La idea es seguir trabajando en temas de calidad. Pero además hay otras facetas que centran este congreso. En tiempos como los que estamos, queremos definir quiénes somos y lo que hacemos. Somos el generalista del paciente grave, somos una sociedad transversal que colabora con otras especialidades. De hecho, creemos firmemente que somos, junto al médico de Familia y el internista, el especialista que aplica una visión integral del paciente.

En este sentido, estamos planteando la posibilidad de establecer la colaboración con otras sociedades por el bien del paciente. En este momento, como reza el título del congreso, la Medicina Intensiva debe ir más allá de la UCI y afrontar nuevos retos. Se está planteando en varios hospitales una forma de atender al paciente y detectar precozmente la patología para que no llegue a la UCI o se ponga en peligro su vida. Se basan en la detección precoz del deterioro o la búsqueda de la infección, porque actuando precozmente se mejoran los resultados, se reduce la mortalidad y, en ocasiones, se evita el ingreso en la UCI, la estancia en el hospital es más corta y se abaratan los costes. Eso es aplicable a la mayoría de los procesos que atendemos en la UCI, en el paciente coronario o con sepsis grave, que además es sobre lo que está pivotando la mayoría de nuestra actividad científica de vanguardia. La atención precoz y cualificada es lo que nos está moviendo como especialidad.

¿Cree que a corto medio plazo la especialidad se puede ver afectada seriamente por los ajustes?

De momento solo se han deteriorado los sueldos de los profesionales, no vemos reducciones de plantillas. En las UCI hay equipos cualificados que actúan de forma coordinada y que son los que resuelven los problemas de salud, no los aparatos. Evidentemente hay nuevas tecnologías que son caras pero eficaces, y no sabemos en qué medida van a repercutir en ellas los ajustes, estamos preocupados. Además, somos miembros de la de Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), y ya hemos mostrado nuestra preocupación con estos ajustes, porque si son excesivos o se aplican donde no se debe, pueden producir un deterioro importante de la calidad, no justificado y que puede provocar situaciones irreversibles.

Por poner un ejemplo, hace unos años, probablemente el mejor sistema sanitario era el británico. Nuevas formulas de gestión que ahora están proliferando en nuestro país y los recortes en demasía durante un tiempo significativo de tiempo, la época de Tatcher, han provocado que ahora, por decirlo suavemente, el National Health Service sea manifiestamente mejorable. No en vano se vienen aquí los ingleses para que los atendamos y los operemos.

¿Hay riesgo de fuga de cerebros intensivistas?

Hay peligro. Los jóvenes están preguntando cómo se puede acceder a la libre circulación por otros países. Hasta ahora en intensivos el paro es mínimo, pero dependiendo hacia donde vayan los tiros. Si las condiciones mejoran, bien, si no la gente ya está preguntando cómo irse. El problema es que la libre circulación de profesionales en Europa está haciéndose de forma mejorable. Hay una directiva europea que lo regula, y ahí se dice que tiene que estar reconocida una especialidad médica en dos quintas partes de los países de la Unión Europea para permitir la libre circulación. En intensivos no existe como especialidad para toda Europa todavía, aunque se está avanzando.

¿Qué bolsas de ineficiencia hay en las unidades de Medicina Intensiva?

En la detección precoz y en ver en qué enfermos se puede actuar rápidamente, en la actuación pre y post UCI. En todos ellos se puede mejorar. Cuando uno está presionado porque los recursos de la UCI están limitados y hay más demanda que oferta, uno se puede ver obligado a dar un alta acelerada porque llega un enfermo en situación peor. Un porcentaje de esos enfermos que suben a planta tienen una recidiva y tiene que volver a la UCI, y el reingreso suele ir acompañado de una peor evolución. En esta línea, los equipos de respuesta rápida miran por la detección precoz y la posibilidad de que después de dar el alta, y siempre de acuerdo con el especialista, se controle la evolución para ver si es favorable o hay signos de que pueda empeorar de nuevo para actuar antes de que se produzca la complicación. La mejora está más en manos del profesional que del gestor.

¿Hay un exceso de gasto en nuevas tecnologías sanitarias en las UCI?

Bolsas de ineficiencia hay y duplicidad de gastos y servicios también, como en casi todo. Lo que probablemente no se está entrando es a sentarse con el profesional y ver dónde y cómo se puede ahorrar sin que haya deterioros. La situación ahora en las diferentes comunidades y consejerías es que se están planteando recortes y reducciones muy variables y no podemos dar una visión de los ajustes de forma global. Pero sí es cierto que las medidas deberían haberse hecho contando con el profesional. En vez de eso nos hemos encontrado con un recorte importante en nuestros sueldos, que por otra parte no eran de los más altos de Europa. Este recorte, que oscila entre el 15 y el 20 por ciento del salario, obviamente es inesperado, se ha hecho sin sentarse con la gente a negociar y hace que los médicos estén molestos y descontentos.

No es la mejor situación para sentarse con los profesionales a ver qué se puede hacer. Creo que ha habido un error en ese planteamiento, No se puede enterar uno por los medios de comunicación de que va a haber recortes en los sueldos o en carrera profesional. Además, en principio se está negando que esos recortes vayan a repercutir en el ciudadano, pero si uno reduce personal, presupuestos, en definitiva, los recursos que aporta al sistema de bienestar, el Estado de bienestar seguramente va a deteriorarse.

¿La reducción de plantillas de interinos o eventuales puede derivar en una sobrecarga asistencial en las UCI?

Podría ocurrir. Las comunidades están mareando al personal. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana, de repente la carrera profesional la redujeron al cincuenta por ciento. Eso implica, por término medio en profesionales de 50 años para arriba con el máximo nivel en carrera profesional, una reducción de más de 500 euros en la nomina, y en enfermería casi de 400. Son reducciones muy importantes sobre algo que es el estímulo para hacer cosas diferentes que mejoren el sistema. Digan lo que digan, no se cree demasiado en la carrera científica y profesional en este país. No se entiende que la mayoría del personal sanitario es gente muy cualificada a la que le interesa más, por ejemplo, venir a un congreso como éste a aportar ciencia, a que le hagan un incremento mayor o menor de sueldo. Estamos preocupados porque los gestores entren a ‘machacamartillo’ a plantear desde un punto de vista economicista la sanidad.

¿Qué le parecen las nuevas formulas de gestión aplicadas en la Comunidad Valenciana?

Estamos preocupados por ver qué van a implicar. No entendemos qué está pasando ni qué va a pasar porque nos dicen las cosas a medias. Realmente casi todas esas cosas que dicen que iban a externalizar estaban ya externalizadas. Entonces no entendemos que ahora digan que van a unificar todo lo que no sea asistencial en un sistema en el que es complicado hacerlo. Probablemente lo que pase es que ese equipo externalizado se haya comprometido a adelantar dinero, porque fundamentalmente lo que pasa en mi comunidad es que no hay ni un duro.

¿Cuáles son las últimas informaciones que tiene acerca del proyecto de la troncalidad y las nuevas especialidades?

Tenemos entendido que el Ministerio de Sanidad va a seguir con la intención de tenerlo listo a finales de año. Va a mantenerse la troncalidad, como no puede ser de otra manera, porque Europa obliga a ello. Nosotros siempre nos hemos manifestado a favor de la troncalidad. Estar en el tronco médico es una buena opción, porque nuestros profesionales para adquirir la formación en intensiva requieren de una sólida formación en medicina. No hay ningún inconveniente en que vaya adelante la troncalidad y queremos permanecer en el tronco medico, como decía el último borrador que vimos.

¿Queda todo claro entre intensivistas y anestesistas?

Eso vendrá en otro momento. Los territorios frontera en medicina los hay en muchos sitios. El asma lo quieren neumólogos y alergólogos, por ejemplo. Se ha focalizado esa conflictividad con los anestesistas, que por nuestra parte no la hay, porque nosotros creemos que tenemos nuestras competencias y el que demuestre que las tiene, bienvenido sea, venga de anestesia de cardiología o de neumología. Lo que hay que ver es quién está preparado y eso significa estar dos años en la UCI acreditada para la docencia. Es probable que ese conflicto se resuelva con las pasarelas. El objetivo es que haya gente preparada.

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